Flórula de la Isla Cabritos

Eugenio de Jesús Marcano Fondeur y P. Consuelo Martínez

Santo Domingo, 3 de junio de 1987

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Después de 32 años cumplidos de trabajar ininterrumpidamente como Curador del Herbario USD, del Instituto de Investigaciones Botánica y Zoológicas, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, es la primera vez que un Rector de esta alta casa de estudios me honra solicitándome una conferencia y, por lo tanto, antes de exponer mi trabajo, quiero en mi nombre y en el de mis familiares manifestar mis agradecimientos al Honorable Señor Rector, Dr. Franklin Almeyda Rancier, por haberme pedido esta conferencia, cuyo tema es “Flórula de la Isla Cabritos” y la que fue inspirada en un estudio que de la flora de aquella isla hiciéramos, la Tec. Biol. Consuelo Martínez y quien les habla, estudio iniciado en el año 1980.

Siempre acostumbro dedicar mis conferencias a algunas personas y en esta oportunidad la dedico a todos los moradores de la Hoya de Enriquillo, en las personas de los jóvenes estudiantes de aquella región, los que me honran con su asistencia. Tengo la esperanza de que esta charla los hará meditar sobre la importancia del Lago Enriquillo, de sus islas, de su fauna y de su flora, la que debemos defender y conservar. Por eso le pido a todos los estudiantes que lleven mis saludos cariñosos a los hermanos que vegetan en aquella olvidada y calurosa región.

Bueno es recordar que la antigua provincia de Barahona, por siglos cuidó al Lago Enriquillo, luego cedió una parte de sus tierras a dos jóvenes provincias, la Bahoruco y la Independencia, para que éstas compartieran el cuidado de aquel hermoso lago, que defiende con sus aguas a tres pequeñas islas: Cabritos, Islita y Barbarita. Lugares preferidos por los cocodrilos, las iguanas, los flamencos y otras aves para su reproducción.

Estos son los únicos datos que llegaban, y aún llegan, a la mesa del maestro y así los repiten a los estudiantes como algo de poca importancia; sin embargo, este lago e islas en él encerradas son de un incalculable valor científico el que debemos estudiar y defender como la más preciada joya del país.

Les hablaré de la flora que con los años ha ido creciendo en la Isla Cabritos, pero antes debo decir algo sobre el Lago Enriquillo; lago que ocupa el fondo de una plegadura, hacia abajo, del graben de Enriquillo, comprendido entre las fallas normales que se observan en la Sierra de Neiba por el norte y la Sierra de Bahorucos por el sur.

Esta gran fosa tectónica originada en el Mioceno fue, hasta muy entrado el Pleistoceno, un “brazo de mar” que unía la bahía de Neiba con el Golfo de Gonaïve, en la hermana República de Haití. Pero el curso del río Yaque del Sur fue cortado a la altura de la confluencia del río Viajama, en Hato Nuevo (Azua) debido a un gran desplazamiento de nuestras cordilleras, con profundos agrietamientos, siguiendo una línea desde Constanza hasta la Sierra de Bahoruco pasando por Quita Coraza. Así quedaron separadas las sierras de Martín García y de Neiba, y el río Yaque del Sur que hasta entonces descargaba sus aguas en la hoy Plena de Azua, cambió su rumbo casi en ángulo recto y fue a depositar su carga de sedimentos en el delta que formó en aquel estrecho canal marino y, ayudado por las elevaciones regionales ocurridas allí, cerró el canal por el lado este.

En el oeste, debido a la elevación producida por un anticlinal, localizado al norte del poblado de Jimaní, se cerró definitivamente aquel brazo de mar dejando aislado el volumen de agua salada interna más grande de la Hispaniola y al que llamamos Lago Enriquillo. Allí ayudó también a cerrar aquel canal, los depósitos de antiguos abanicos aluviales, arrastrados de las sierras de Neiba y de Bahoruco.

Cerrado aquel canal, las aguas ocuparon las depresiones que, a ambos lados del anticlinal de Jimaní, quedaron y así en el oeste se formó el Etang Saumatre y Trou Caiman en la hoy plena de Cul-de-Sac; y, en la parte oriental formaron el Lago Enriquillo, la Laguna de Rincón o Cristóbal, la Laguna Caballero o Pesquería, la Laguna del Limón o Hicotea del Limón o Laguna Dulce y la Laguna en Medio La María, en la nombrada Fosa de Enriquillo.

Según Bermúdez (1950), al tratar sobre el Cenozoico Cubano, nos dice: “el agua del Lago Enriquillo es un 50% más salada que el agua del mar y el contenido de calcio es muy alto, el que proviene con la poca agua pluvial que penetra al lago a la que lava las rocas muy calcáreas de las formaciones próximas por las cuales atraviesa”.

Evertsz & Marcano (1980) dicen: “La salinidad del Lago Enriquillo es mayor que la del mar y la variación depende principalmente de la evaporación”, y continúan: “…en la parte norte del lago, la salinidad alcanza sus valores máximos superando los 66 ppm (partes por millón) en el fondo.”

Los datos que aparecen más adelante nos permiten apreciar la inmensa cantidad de agua evaporada en el Lago Enriquillo, pues éste, en el año 1900, se encontraba a treinta metros bajo el nivel del mar y hoy alcanza alturas entre los 42 a 44 metros bajo el nivel del mar.

1900Tippenhauer34.00
1919Condit & Ross44.00
1965Mapa O.E.A.30.00
1979Canadian Superior45.70
1980Evertsz & Marcano40.80
1986Gonz-Du-Gar42.00

Al disminuir el agua desde el nivel del mar al nivel de lago, ha quedado en los alrededores del mismo un llano fangoso que, al secarse, lo llamamos “Salados” por su gran riqueza en cloruro de sodio y donde la vegetación es muy escasa o no existe; este llano se inclina hacia el oeste y es interrumpido a veces por bajas colinas, tal como se aprecia en los Cerros de Mena y Cristóbal.

La profundidad del fondo del lago es muy variable, resultado mayor en la parte norte de la Isla Cabritos la que, según los estudios de la Canadian Supeior Oil Ltd. (1979), es de 19.5 metros y en la cuenca sur del lago es de sólo 7.6 metros. Según Evertsz & Marcano (1980), la máxima profundidad encontrada fue de 23.4 metros en el lado norte de la isla y de 12.3 metros en el lado sur.

Según el Ingeniero Cucurullo (1949), la Compañía Seaboard Dominicana de Petróleo, C. x A. indican que la profundidad del lago en la parte sur de la Isla Cabritos es de ocho metros y en la parte norte es de 30 metros.

Sobre la Isla Cabritos se han hilvanado los más novedosos y valientes cuentos que, a manera de historia verdadera, nos lo señalan en las escuelas. De éstos, comentaré dos de ellos; el primero es el que trata de que el Cacique Enriquillo habitó aquella isla y allí se firmó el tratado de paz entre él y Barrionuevo, y el segundo es el que dice que en la isla existían fuentes de agua potable. Ver a Sánchez Valverde, Moreau de Saint-Mery, Peña Batlle, Charlevoix y Cayetano Armando Rodríguez.

La primera “historia cuento” no podemos creerla pues, hasta hoy, no se ha encontrado en esa isla ningún residuario indígena que demuestre que allí vivieron los indígenas pues, si fuera cierto, encontraríamos restos de sus herramientas de barro o de piedras, o fragmentos de ellos, materiales que debieron existir pues el historiador dominicano Cayetano Armando Rodríguez asegura en su Geografía de la Isla de Santo Domingo (1944), en las páginas 428 y 442 dice que el cacique Enriquillo “…a menudo se refugiaba en la isla Guarizaeca” y que “…en ella hay una fuente de agua dulce… y en ella tenían los indios la industria de secar pescado para conservarlos como alimento durante la guerra que sostuvo contra los españoles”. Por otra parte, los cronistas Oviedo y Las Casas, que conocieron el lago y escribieron sobre él, en ningún párrafo mencionan la isla Cabritos, aunque sí hablan de un pequeño banco de arena al que los indios llamaban Guarizacca.

Si interpretamos los datos de la altura de la Isla Cabritos sobre el nivel de las aguas del lago, según los cronistas e historiadores, notaremos que para 1515 resultaba imposible que el Cacique Enriquillo y Barrionuevo se reunieran en la isla, pues Anglería dice que entre 1508 a 1615 la isla era un banco de arena con sólo un metro sobre el nivel del lago. Ya para 1730 Charlevoix dice que tenía 6 metros y ya era un cayo. Mientras que para Sánchez Valverde ya era una islita en 1785. En 1796 Saint-Mery la llama isla y dice que tiene 10 metros sobre el lago.

La segunda “historia cuento”, sobre la existencia en la Isla Cabritos de fuentes de agua potable, es muy difícil de creer, pues en toda la isla no se encuentran restos de plantas propias de lugares con manantiales de agua dulce como son Barías o Marías y el Higo Cimarrón, plantas que abundan en derredor del lago, precisamente en los lugares donde salen manantiales o cachones como sucede en La Azufrada, Las Barías, Los Borbollones, Boca de Cachón, La Zurza y otros.

Debemos recordar que la Isla Cabritos es la cima de un anticlinal y que resulta difícil que por allí brotaran fuentes de agua, y en tal caso vertirían sus aguas bajo las aguas saladas del lago, en los flancos del anticlinal. Para robustecer esta apreciación, leeré lo que Evertz & Marcano (1980) escribieron: “En las rutas 4 y 5 correspondiente a la zona sur se detectó un punto en el cual la salinidad era apreciablemente inferior en el fondo que en la superficie… lo que podría pensar que en dicho lugar hay una salida de agua.”

Este accidente también se observa en Los Borbollones donde el agua dulce brota por varios salideros debajo del agua salada.

Estas dos ‘historia-cuento’ nos dicen claramente que muchos historiadores, tanto dominicanos como extranjeros, escribieron sobre el lago Enriquillo las historias inventadas por alguna persona que, en tiempos pasados, visitaron aquellos lejanos lugares.

No pretendo fatigarlos describiendo pasajes históricos pero, antes de entrar en el tema elegido para esta conferencia, debe leerse lo que escribieron los ingenieros González, Duquela y García, al tratar sobre el emergimiento de la Isla Cabritos, pues estas palabras las considero sinceras, sabias y sanas; son éstas: “…tener que disentir de lo afirmado por respetables y calificados profesores que forjaron nuestras conciencias en el sentir de los acontecimientos patrios, es grandemente preocupante; más aún, se corre el riesgo de destruir bellos y casi legendarios paisajes de nuestra historia. No obstante, para los fines de nuestro estudio, el esclarecimiento de la verdad era imprescindible.”

De las tres islas que se encuentran en el Lago Enriquillo, la Isla Cabritos es la de mayor tamaño con aproximadamente doce kilómetros de largo por dos kilómetros de ancho, luego les sigue en orden de tamaño La Islita y, por último, La Barbarita.

Para los años 1977 a 1979, la Isla Cabritos se encontraba a 45.70 metros bajo el nivel del mar y su altura máxima, en la parte central, es la de aproximadamente 40 metros sobre el nivel del lago.

En el año 1928, el Dr. Erik L. Ekman visitó la Isla Cabritos e hizo su entrada por tierra y en su informe escribió y dibujó la isla diciendo que era mejor llamarla península, por estar unida a tierra firme; luego en 1979, la Canadian Superior Oil, Ltd., para estudiar geológicamente la Isla Cabritos, también encontraron que el oeste de la Isla Cabritos estaba seco y unido a tierra firme y por allí entraron los camiones, tractores y otros vehículos que usaron en aquel estudio.

Como los estudios de la Canadian Superior Oil Ltd. resultaron ser iguales a lo observado por el Dr. Ekman en el poco tiempo que herborizó en la Isla Cabritos y como un homenaje a la memoria del sabio botánico, me permito reproducir lo escrito por dicha compañía: “La Isla Cabritos y las dos islitas al este de ésta, conocidas como La Islita y La Barbarita, forman actualmente península en vez de isla, y están conectadas a tierra firme mediante fajas de tierra bajas y fangosas.” En otro párrafo repiten: “La Isla Cabritos, así como las dos isletas al este, están actualmente unidas a tierra firme por fajas estrechas de tierra baja… estas islas se han convertido así en penínsulas que están separadas por el pasaje estrecho… si el nivel del lago fuera a caer otros 2.5 metros, entonces las penínsulas se unirían y el Lago Enriquillo se convertiría por lo menos temporalmente en dos lagos, lo que podría traer implicaciones ecológicamente importantes”.

Esta advertencia debe preocuparnos y luchar para conservar el agua que por varios afluentes llegan al lago. Si bien es cierto que muchos agricultores aprovechan esa agua para irrigar sus pequeños conucos, consideramos que ha llegado la hora de hacer un estudio cuidadoso e imparcial de los alrededores del Lago y determinar qué resultaría más ventajoso, si mantener la pobre agricultura del lugar o conservar el lago, fuente de alimentos protéicos, fuente de belleza, centro de gran interés científico, polo de interés turístico y refugio de cocodrilos, iguanas, flamencos y aves hoy en vía de extinción.

La mayoría de los moradores de aquellas regiones y los dominicanos que no conocen el valor científico del Lago Enriquillo, defenderán la escasa y mal cuidada agricultura, sin pensar que las radiaciones solares calientan la superficie del lago favoreciendo la evaporación y el aire cargado de humedad asciende, y cuando esta humedad alcanza la saturación adecuada cae en forma de lluvias en las montañas vecinas, pero si el lago llegara a secar, se secaría también la Sierra de Bahoruco, pues el vapor de agua no llegaría allí y rápidamente la hidroeléctrica de La Dama dejaría de funcionar por falta de agua. La agricultura de Los Pinos del Edén, Ángel Félix, Sabana Real, Los Bolos, Guayabal y otros lugares que hoy son verdaderamente zonas agrícolas, cambiarían su ecosistema y desaparecerán los conucos y sus dueños emigrarían a sufrir en las ciudades.

Para evitar que se culpe a alguien de haber dejado secar el lago, fuera de gran interés para el país que se extendiera el área del Parque Nacional de Isla Cabritos e incluir en él al Lago Enriquillo y parte de los terrenos aledaños. Ha llegado el momento de comenzar a explicar a los habitantes de las poblaciones vecinas al lago de la importancia que tiene para que ellos puedan seguir viviendo allí.

Los terrenos o, mejor dicho, los materiales que forman el suelo de la Isla Cabritos son fragmentos de corales, arena calcárea y restos de conchas de moluscos, con delgadas capas de arcilla arenosa, débilmente consolidados; todos estos materiales se depositaron allí por la acción del oleaje en los últimos niveles del lago cuando todavía éste era un brazo de mar durante el Pleistoceno.

Los materiales que forman la Isla Cabritos descansan sobre los terrenos de la formación Las Salinas del Mioceno Superior al Plioceno, según se observa en el pozo que con fines de estudios fue construido en la parte nor-occidental de la isla.

El suelo de la Isla Cabritos está formado por cuatro clases de materiales, bien diferenciados e irregularmente distribuidos siguiendo, aproximadamente, las distintas alturas que en la isla se encuentran así:

  1. Arena Calcárea, formando las playas, húmeda por el agua del oleaje. La extensión lateral de esta zona es irregular y variable; se le encuentra alrededor de la isla y en algunas partes y comprendida en ella se encuentran los barros calcáreos formando lozas y los “salados”.
  2. Arena Calcárea no Consolidada, muy abundante, desde el límite de la playa hasta aproximadamente los treinta metros bajo el nivel del mar.
  3. Caliza Coralínea, endurecida en el centro de la isla; ocupa las partes de mayor altura. Este tipo de roca merece llamarse Biolita acaustica.
  4. Barro Calcáreo, endurecido formando lozas.

En estas cuatro clases de materiales que forman el suelo de la Isla Cabritos, los restos vegetales y animales en descomposición son enterrados por el viento, debajo de las arenas y sobre estos restos crece una abundante y variable vegetación arbustiva con árboles dispersos y de crecimiento lento, propia de bosques secos sub-tropicales lacustres.

La flora que vegeta en la Isla Cabritos tiene su origen en las plantas que crecen en la costa del lago y éstas han ido invadiendo paulatinamente la isla. La invasión comenzó, como hemos visto, por el lado oeste del lago y a partir de la entrada de los mamíferos superiores: vacas, burros y chivos, los que hambrientos o sólo por curiosidad, cuando la isla era sólo una península, entraron y en sus excrementos llevaron semillas de cambrón, carga agua o de otras plantas; también aprovecharon el “puente” las dos especies de iguanas, las que transportaron también en sus excrementos semillas de guayacán y saonas.

Las aves del litoral, migratorias o residentes, poblaron de plantas todas las orillas de la Isla Cabritos entre otras: barrillas, vidrio, platanillo, alacrancillo y sesbanias; entre estas plantas encontramos un caso muy interesante y digno de estudio y es la aparición de la Amaranthaceae Tidestromia lanuginosa que, tanto en las costas del lago Enriquillo como en las costas de la Isla Cabritos crece lozana y abundante a pesar de que fue introducida casualmente por aves migratorias desde los Estados Unidos, quizás desde la orilla del Gran Lago Salado, en el Estado de Utah, considerado como el centro de distribución de esta planta.

El viento fuerte que predomina en el lago transportó semillas de roble, curamagüey, guanabanita, algodón de seda… Las aguas supersalinas del lago también transportan semillas, pero la salinidad del agua hizo disminuir el poder germinativo de muchas semillas y las que sobrevivieron germinaron fuera de su habitat, por lo que ese tipo de plantas es escaso, como ejemplo, la aroma.

Las observaciones hechas a partir de 1980 hasta la fecha nos permiten afirmar que la vegetación de la Isla Cabritos comenzó a desarrollarse a partir desde el oeste pues allí encontraremos las plantas más viejas y algunas especies no han llegado al extremo este, como es el caso del almácigo, la jacquimia, el chicharrón y el roble, esta última planta, en el oeste y en tiempo remoto, fue muy abundante según lo demuestran los grandes troncos y maderamen seco, casi fosilizados y apenas atacados por los insectos.

Las canas crecían en el oeste, próximo a la caseta, y por el diámetro que alcanzaron deducimos que vivieron muchos años y hoy sólo se encuentra su sistema radicular semifosilizado; las plantas vivas vegetan en el centro de la isla.

Las cactáceas de gran tamaño como los cayucos, yasos, alpargatas y cagüey son más abundantes en el extremo oeste.

Al preguntar, cuál es la importancia que tiene estudio de la Flórula de la Isla Cabritos, con pocas palabras contestaremos diciendo que debemos estudiarla y cuidarla porque los ecosistemas insulares son muy frágiles y una vez alterados difícilmente vuelvan a su estado primitivo.

Las plantas perennes que vegetan en la Isla Cabritos, como no son molestadas, se han adaptado tanto al suelo como al ecosistema allí reinante y se manifiestan lozanas y libres de enfermedades y de plagas insectiles. Las herbáceas anuales crecen en los terrenos donde el fuerte viento no arrastra sus semillas, observándose en la isla zonas pequeñas sin plantas, imitando un pequeño desierto sin vida.

Al realizar el inventario de las plantas que vegetan en la Isla Cabritos, se obtuvo el resumen siguiente:

105 especies agrupadas en 89 géneros y en 44 familias; de éstas, 5 familias con 16 especies y 15 géneros son Monocotiledóneas y 39 familias con 74 géneros y 89 especies son Dicotiledóneas.

Todas estas especies de plantas se agrupan así: 15 árboles, 10 arbustos, 57 hierbas, 11 cactus, 6 enredaderas, 2 parásitas, 1 estípite, 1 epífita.

Es interesante comentar que en esta conferencia se informa por primera vez la existencia en los terrenos calcáreos y secos de la Isla Cabritos de hongos macroscópicos:

Del orden Aphyllophorales:
Fomes pectinaturs
Polyuporus hirsutus
Lenzites sp.

Y del orden Himenograstrales:
Podaxis pistillaris
Montagnea arenaria

Para terminar debo manifestar mis agradecimientos a todos aquellos que me ayudaron a terminar el estudio de la Flórula de la Isla Cabritos, entre otros a mi esposa, P. Consuelo Martínez, coautora de este trabajo, al R.P. Julio Cicero, s.j., quien hizo el estudio de los hongos. Al Museo de Historia Natural, por su cooperación prestada desde el año 1980 hasta 1982 y la Dirección de Parques Nacionales por su colaboración para visitar aquella lista.


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