Astillas Verdes – Inconvenientes

Por José E. Marcano M.

Abastecimiento y fragmentación.

Uno de los problemas más importantes de las MRF es el abastecimiento en materia prima. ¿Dónde conseguir las ramas? A veces no están disponible en la finca o en el terreno, sobre todo cuando se trata de huertas familiares con poco terreno. Además, puede ser difícil el tener acceso a una máquina para fragmentar las ramas. Si se tiene que comprar tal máquina o alquilarla, incluyendo el combustible que gasta, esto puede generar costos elevados.

Una opción es recuperar las ramas de poda de los árboles de calles públicas, de los parques, o de los vecinos. Quizás, con suerte, se encuentren empresas que fragmenten el material para que ocupe menos campo en los camiones. Y como todavía no se sabe que estas ramas valen oro, la gente está muy dispuesta a regalarlas, felices de deshacerse de esos “desechos incómodos”.

Sin embargo, aunque la fragmentación es ideal, pues facilita el ataque del hongo y el manejo de los cultivos, está técnica se puede hacer sin fragmentación. En países o zonas como en África, en la India o en República Dominicana, los productores tienen otros métodos. En vez de fragmentar las ramas, hacen haces (rollitos) de ramitas (cortando las ramas con un machete) y las colocan en los costados de las eras y entre las líneas de cultivos. El proceso de degradación de la lignina va a ser más lento y las ramas pueden incomodar un poquito el manejo de cultivos (en realidad ni tanto), pero los resultados van a ser los mismos, aunque tomen más tiempo.

Calidad de las MRF.

Como se trata de material vivo, que tiene que estar fresco, se deben tomar algunas precauciones y su utilización tiene que ser rápida. Por otra parte, si el material fragmentado es recuperado de una empresa de poda, muchas veces estará mezclado con hierbas, troncos, coníferas, basura… lo que afecta su calidad.

Hay que averiguar también cuándo fue cortado o fragmentado el material, si no ha sido almacenado en pilas por mucho tiempo, etc.

Compactación del suelo cuando se usa maquinaria para esparcirlas.

El uso repetido de maquinaria pesada puede generar una compactación del suelo, lo que puede generar a su vez, una degradación de aquel. Debemos vigilar entonces, las condiciones de intervención; por ejemplo, el terreno tendría que estar bien seco.

Hambre de nitrógeno (de 1 a 3 meses).

En cuanto al cultivo es muy importante saber que, en los primeros meses, vamos a tener una deficiencia de nitrógeno en el suelo.

Se habla de hambre de nitrógeno, esto para ilustrar la necesidad de nitrógeno que tiene la materia orgánica en descomposición. En realidad, para caricaturizar, podríamos decir que las moléculas carbonadas contenidas en la materia orgánica no son muy asimilables tales y como son, para la microfauna del suelo. Para lograr la degradación de las moléculas carbonadas de las MRF hasta convertirse en humus, la microfauna también utiliza el nitrógeno. La microfauna acapara entonces el nitrógeno más fácil de obtener, eso es aquel presente en el suelo, lo que implica que dicho nitrógeno no queda disponible para las plantas cultivadas. El hambre de nitrógeno puede ser combatido, en parte, con la incorporación de abonos (orgánicos o no). Es importante señalar que esta hambre de nitrógeno es temporal (de 1 a 3 meses). Una vez la microfauna establecida, el nitrógeno contenido en las MRF va a ser liberado poco a poco en el suelo.

Por eso, no se recomienda sembrar cultivos que vayan a ocupar nitrógeno del suelo durante esta fase de “hambre de nitrógeno”. De esta forma, vamos a privilegiar la siembra de abonos verdes (mostaza, alfalfa, etc.) o de fabaceae, que utilizan el nitrógeno del aire (frijol, vainica, gandul, cuba, etc.).

 Otra opción sería dejar que pase esta “hambre de nitrógeno” antes de sembrar. Otras personas hacen un precompostaje de las MRF, teniendo cuidado de que la temperatura no sobrepase los 40 grados. Se puede también hacer un aporte de compost o lombricompost.

Otra alternativa, consiste en aplicar extractos de plantas ricos en nitrógenos como los de ortiga (Urtica dioica) o los de consuelda (Symphitum officinalis) (ver anexo), poniendo atención que la dosis de fertilizante corresponda a un kilo de nitrógeno por metro cúbico de MRF. No se recomienda el uso de fertilizantes químicos.

El desarrollo de los hongos estimula a su vez, el de sus principales depredadores: los microartrópodos fungivoros (collemboles y ácaros) que son los principales representantes de la mesofauna del suelo. Dicha depredación sólo ocurre cuando los hongos, y la madera que consumieron, son lo bastante ricos en proteínas. Esta depredación estimula la actividad de los hongos sobre la lignina, activando el desarrollo de nuevo micelio. Además las excreciones de esos microartrópodos van a permitir el desarrollo de comunidades bacterianas que van a mineralizar el nitrógeno contenido en dichas excreciones. En esta etapa es en la cual se produce la liberación, muy progresiva, del nitrógeno acaparado anteriormente.

A veces una fauna no deseada (babosas, mamíferos, etc.)

La pedofauna que se desarrolla, atrae depredadores grandes que pueden perjudicar a los cultivos (armadillo, chancho de montes, etc.). Si estas depredaciones ocurren, tendríamos que tomar medidas adecuadas para proteger los cultivos (cercas, repelentes, etc.). Recordemos que esos animales tienen un papel muy importante en la vida de los bosques, que la mayoría están en peligro y por eso no tenemos que cazarlos).

Por otra parte, las MRF pueden crear un medio favorable a las babosas. Sin embargo, hay muchas soluciones para controlarlas (ver anexo).


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