Por Luisa Navarro
Del libro Café con Tinta. 2021.
El mundo puede proclamar
su convención en relojes
de sol o sal.
Insolentes,
posponemos el banderazo
a nuestro antojo.
Irreverentes,
convocamos al padre cronos
en tu savia y mi sangre
como un Dioscuro hijo de Leda.
Esperar mi llegada
es ocasión perdida,
en la nada del espacio
que contiene al tiempo
de Einstein.
A rajatablas marcas
el despegue anual
de las fragancias.
Sin tu azafrán intenso
no hay
punto de partida
hacia mi destino
mitológico.
Trazas el cero primaveral de la marcha,
en la fracción regidora de los pasos
del flamante.
Donde las manecillas
se abrazan en cópula
breve,
efímera,
sucinta;
no hay cielo
para atrapar
tu anaranjado goce.
¡Oh Pereskia marcanoi!
en mi balcón pedestre,
eres rutilante partellamas
de las horas.