Eugenio, un Marcano eterno

Eugenio, un Marcano eterno


Por Fello Estévez
27 de septiembre 2025

Cuando acababa el milenio,
en el año veintitrés,
justo en el noveno mes,
vino a este mundo Eugenio.
Su nombre rima con genio,
y eso no es nada casual,
pues el maestro normal,
botánico y curador,
fue insigne investigador
de la flora nacional.

En septiembre veintisiete,
se celebra el natalicio
de quien vivió con su oficio
como caballo y jinete.
Quien, con lupa y estilete,
recorrió nuestra nación,
en donde su formación
fue multidisciplinaria,
y al país tan necesaria
como lo es el pabellón.

Les cuento que el profesor,
científico y entomólogo,
fue un eminente zoólogo
y de agrónomos, mentor.
Demostró con su labor,
en cada universidad,
que toda curiosidad
se vuelve conocimiento
cuando se tiene talento
y se busca calidad.

Hoy a diario puedo ver
a Marcano en el sendero
de aquel que llega primero
con interés de aprender.
Los estudios que hizo ayer
hoy van por todo lugar;
los lleva en su celular
algún joven estudiante
o el profesional brillante
que se empeña en aportar.

Su afán de investigación
se siente en cada confín:
en el huerto, en el jardín,
donde abunda información.
Se siente en la floración
cuando perfuma la brisa,
y es la fecunda premisa
que, como voz redentora,
en la fauna y en la flora
perpetuidad garantiza.

Él vive en cada simiente
que ha logrado germinar,
y en las flores que, al brotar,
adornan el medio ambiente.
Está el profesor vigente
en el árbol más cercano,
mirando desde otro plano
cuando algún insecto vuela;
en cada especie y escuela
sigue presente Marcano.


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