Las Plantas Venenosas en la Medicina Popular

Eugenio de Jesús Marcano Fondeur

Santo Domingo, 30 de septiembre de 1992

El alto costo de los fármacos ha obligado al dominicano a hacer uso de los vegetales para aliviar los males que de contínuo le acosan y, como siempre, con resultados negativos; entonces acude al médico y éste, que muchas veces desconoce los “principios activos” que posee la planta usada por el enfermo se ve en un gran apuro cuando éste llega a él con trastornos a veces fatales, y tener que iniciar a tientas el tratamiento hasta que el paciente, poco a poco, vaya reaccionando, unas veces hacia la mejoría y otras hacia la gravedad; pero si el médico conociera las plantas que causó el problema, el cuadro desde su principio es prometedor.

Es cierto que el hombre, desde el momento mismo de su aparición sobre la tierra, ha hecho uso de las plantas para proporcionar alivio a los malestares que lo acosa; ese uso ha llegado hasta nuestros días, y todavía desconocemos los tóxicos que se ocultan en ellas.

A pesar de la notable incidencia de casos de intoxicaciones y de la extensa bibliografía, son muy pocos los médicos que conocen las plantas venenosas y los efectos de sus toxinas sobre el organismo humano.

Aprovechando esa ignorancia, personas inescrupulosas, sin conocimiento del más elemental principio de Farmacognosia, Farmacología o Toxicología, sólo abrigando en su interior el deseo de acumular riquezas, se han empeñado de llenar nuestras bibliotecas con centenares de libros, cuyo único provecho observado es el incremento de los llamados curanderos, botelleros y curiosos, los que, en conocimiento de la ignorancia del cliente, le aseguran que ciertas plantas curan determinadas enfermedades y, para ello, recomiendan el uso de plantas con principios tóxicos, ya sea en tisanas, infusión, decocción, maceración, extractos, jarabe, jugos frescos o polvos; pero esos curiosos, curanderos y botelleros desconocen el tipo de veneno que poseen las plantas y mucho menos saben la concentración en que tal sustancia tóxica aparece en las plantas y, lo que es peor, no saben cual es el límite entre la cantidad que cura y la cantidad que hace daño o que es mortal.

Esos libros son los que causan mayores y graves daños al enfermo y gran preocupación al médico pues ellos fueron escritos en países lejanos al nuestro y allí, igual que entre nosotros, dan a una planta varios nombres vulgares, nombres que se repiten en otras plantas de especies y familias distintas; así, cuando leemos que contra una dolencia debemos usar tal o cual plantas, debemos preguntarnos ¿cuál es la planta que nos recomiendan?

Veamos un solo ejemplo: si se nos dice que usemos “yerba buena” en un té, ¿cuál de estas debemos usar? ¿Mentha citrata Ehib., Mentha nemorosa Willd., Verbesina domingensis Urb., Wedelia gracilis A.C. Rich., Wedelia trilobata Hitchc., Gouania lupuloides Urb., Pilea nummuralifolia Weed., Pilea repens Wedd., o Salvia occidentalis Sw.?

Para estar seguro de la planta que usaremos, debemos estudiar las fórmulas que tengan el nombre de la planta en latín; entonces, con la descripción botánica, tratar de localizarla en el país y, si sabemos que estas han sido analizadas, podemos usarlas siempre recordando que una planta es medicinal cuando contiene uno o varios principios capaces de evitar, aliviar o curar determinada enfermedad. Las tisanas, en ningún caso, sustituyen las medicinas recetadas por el médico, pues estas actúan con más rapidez pero sí después de una enfermedad grave es conveniente continuar la cura con tisanas, la que ayudanal convaleciente a desintoxicarse; la cura con tisana no debe ser prolongada más de un mes pues podría desarrollarse efectos dañinos secundarios.

En el caso de tener que usar tisana, es recomendable hacer uso de plantas estudiadas que, aunque carecen de poder curativo, son agradables al paladar y proporcionan cierto alivio al enfermo siempre que se ofrezca con una gran dosis de cariño.

Entre las plantas a usar tenemos: Jengibre, guanábana, albahaca, bija, boca de dragón, limoncillo de té, limón, naranja agria, canela, anís, lechuga, estigmas (“barba”) de maíz.

La nuez moscada puede usarse en muy pequeña cantidad como aromática y carminativo, pero si se usa en grandes dosis (una semilla) producen doble visión, delirio seguido de la muerte, pues contiene Miristicina, sustancia muy peligrosa.

Las hojas y demás partes de una planta de las usada en tisanas deben recogerse cuando los principios activos estén en su punto: por la mañana en día soleado, y luego secarlas a la sombra. Al almacenar el material, se debe evitar que este fermente y se infecte con hongos y de protozoos, pues las futuras tisanas pierden toda su calidad y eficacia.

Sólo se debe recoger la cantidad de hojas, flores, frutos o corteza que se usarán durante el día, pues la eficacia de una tisana depende de la correcta recolección de sus ingredientes. Aquí me pregunto: ¿qué valor curativo tendrán las hojas que venden en nuestros mercados, todas mal secadas, fermentadas, contaminadas y muy mal tratadas, lo que anula la eficacia de los principios activos que tengan?

Como el enfermo y el médico desconocen la proporción en que se encuentran los principios activos en las hojas, flores, frutos o cortezas, ¿cómo saber la cantidad del material a usar en una tisana?

Antes de comentar el uso de algunas tisanas, considero que debemos contestar sinceramente las preguntas siguientes:

  1. ¿Podrán los enfermos automedicarse?, o ¿el médico o el curandero podrán decir cuál es la cantidad que se debe usar de una planta para hacer una tisana?
  2. ¿A qué se llama un puñado de hojas? ¿qué son unos “cojollitos”? ¿qué es un poco de corteza?
  3. ¿Tendrá una planta joven igual principio curativo que una planta adulta?
  4. ¿Qué planta tendrá mayor concentración de principios: una que crezca en las montañas u otra de la misma especie y edad que crezca junto al mar?

Es conveniente recordar que lo que llamamos “principios activos” de una planta son, casi siempre, venenosos cuando se usan en dosis elevada y sólo el médico es capaz de autorizar su uso.

Se llama veneno a cualquier sustancia que introducida en poca cantidad en el organismo animal, por cualquier vía, le ocasiona la muerte o trastornos graves. Nótese que no es obligatorio que el individuo muera para que una planta sea considerada peligrosa; también se considera venenosa a una planta cuando ésta hace imposible la reproducción, o el aumento de peso.

Para que este trabajo sea más fácil de comprender, comentaré algunos tóxicos vegetales, agrupados así:

I. PLANTAS CON ALCALOIDES

Los alcaloides son compuestos nitrogenados complejos que tienen la propiedad de formar sales con los ácidos y que actúan sobre el sistema nervioso, primero excitándolo y luego paralizándolo. Existen más de dos mil alcaloides reconocidos y todos se conservan bien en las plantas secas, siendo responsables de la toxicidad de ciertas plantas henificadas o de aquellas tisanas preparadas con hojas secas.

Los alcaloides son de sabor amargo y entre las plantas con alcaloides tenemos:

Nombre VulgarNombre CientíficoAlcaloide
Berenjena cimarronaSolanum torvumSolanina
Berenjena de tetaSolanum mammosumSolanina
CálizSolandra grandifloraSolanina, atropina
Cardo santoArgemone mexicanaProtopina y berberina, que actúan sobre el sistema nervioso y es irritante.
ChamiscoDatura stramoniumAtropina, hioscianina y escopolanina.
CicutaConium maculatumConiina
GloriosaGloriosa superbaColchicina; su bulbo lleva a la muerte en pocas horas.
HigueretaRicinus communisRicina, purgante drástico.
Lino criolloLeucaena leucocephalaMimosina; es un poderoso abortivo, gastritis, muerte de embriones.
MaraquitaCrotalaria retusaDicrotalina, quita el apetito y hace que los animales galopen sin rumbo; luego, de pronto, reduce el paso.
Palo de burroAndira inemisAndirina, la que causa delirio hasta la muerte.
PapaSolanum tuberosumSolanina, en fruto y tubérculos verdes.
PeoníaAbrus precatoriusAbrina
QuibeyIsotoma longifloraIsotomina, parálisis del corazón.
TaquitoAcacia ambigua 
VioletaMelia azedarachAzaridina y margosina; atacan el sistema nervioso central; es narcótica y abortiva.

II. PLANTAS CON HETERÓSIDOS CIANÓGENOS

Estas son sustancias que liberan ácido cianhídrico al ser hidrolizadas; este ácido es una de las sustancias más venenosas que existen en la naturaleza. Las plantas más conocidas con heterósidos cianógenos son:

  • Cebada (Sorghum halepense). Posee durina cuando las semillas están en formación.
  • Adelfa (Nerium oleander). Oleandrina, neriósido, los que producen parálisis de los músculos del corazón y del aparato respiratorio.
  • Artemisa o ajenjo (Artemisia absinthium). La artemisa contiene un aceite esencial llamado “tuyona” y un glucósido amargo, la “absintina”, conocido también como absintol, cardinero o alcohol tuyílico, el que junto a la tuyona forman el principio más peligro de la planta y un poderoso abortivo. El uso contínuo de esta planta produce, tarde o temprano, los síntomas conocidos como “absintinismo” los que comienzan agudizando la sensibilidad general con fenómenos tipo epilépticos y con grandes alteraciones de las facultades mentales. La degeneración nerviosa es irreversible.
  • Algodón de seda (Calotropis procera). Calotropina y su uso puede ocasionar la muerte.
  • Malcasada (Asclepia curassavica). Asclepiadina, que produce parálisis muscular; es irritante y abortiva.
  • Retama (Thevetia peruviana). Tiene los glucósidos thevetina, teversina y neriifolina, los que son venenos enérgicos al hombre y, en pequeñas dósis, produce parálisis progresiva.
  • Helecho (Pteridum aquilinum). Produce hematuria y la muerte.
  • Cola de caballo (Equisetum spp.). Diurético; produce tembladera y parálisis.

Los heterósidos cianógenos quedan en libertad en el tubo digestivo de las personas o en las plantas marchitas o machacadas, resultando de mayor peligro cuando la planta es joven o detiene su crecimiento por efecto de sequías, cortes o pisoteos.

III. PLANTAS VENENOSAS CUANDO SON INGERIDAS

  • Seso vegetal (Blighia sapida). Produce hemorragia intestinal.
  • Rufiana (Cestrum nocturnumCestrum diurnym). Producen inflamación intestina y la muerte en pocas horas.
  • Javilla (Hura crepitans). Tiene hurina, muy tóxico. Pocas semillas puede producir la muerte a una persona.
  • Palma de jardín (Cycas circinalis). Sus semillas son peligrosas y muy raras.
  • Piñón (Jatropha curcas) y Túa-túa (Jatropha gossypifolia). Encierran en sus semillas una fitotoxina llamada “curcina” de las que son suficientes unas pocas gotas para matar un niño. El aceite de estas plantas produce una fuerte irritación de la muscosa gastrointestinal, vómitos y diarreas.
  • Campana (Datura candida y Datura suaveolens). Anafrodisíacas.
  • Jabilla extranjera (Aleurites fordii). Produce una fuerte congestión en los riñones y en el bazo y una hemorragia intestinal.
  • Peonía (Abrus precatorius). Posee abrina; unas pocas semillas pueden causar la muerte a una persona.
  • Maguey (Agave spp.). Abortiva, hinchazón en la cabeza, coma y muerte, dependiendo de la dósis tomada.
  • Violeta (Melia azedarach). De 6 a 8 frutos pueden causar la muerte de un niño por parálisis.
  • Lila de agua (Nymphaea ampla). Anafrodisiaca, tanto el rizoma como la hoja

IV. PLANTAS VESICANTES

Son aquellas que producen ampolla en la piel al ponerse ésta en contacto con el látex, sea este lechoso o no. Entre otras, tenemos:

  • Cajuil (Anacardium occidentale). Aceite cáustico llamado Cardol.
  • Javilla (Hura crepitans). Hurina.
  • Guao (Comocladia dodonaea)
  • Cotinilla (Metopium toxiferum). Cáustico.
  • Tra-trá (Phylodendrum consanguineum).
  • Raqueta (Euphorbia lactea). Cáustica; por ingestión, es irritante.
  • Cotinilla (Euphorbia cotinifolia). Látex vesicante y venenoso.

V. PLANTAS URTICANTES

Son aquellas plantas que producen un fuerte prurito de poca duración; casi siempre se debe a que las plantas tienen pelos o células urticantes; así:

  • Centella (Tragia volubilis).
  • Pringamosa (Urera baccifera).
  • Tremolina (Croton humilis). Urticante y también posee un aceite que con pocas gotas muere una persona.
  • Pringa leche (Victorinia acrandra).
  • Gratey (Dalechampsia scandens)
  • Fogaraté (Mucuna pruriens)
  • Anacagüita (Sterculia apetala)

VI. PLANTAS ABORTIVAS Y ESTERILIZANTES

  • Higüero (Crescentia cujete).
  • Curamagüey (Urechites lutea). Abortiva y efecto acumulativo.
  • Curamagüey blanco (Echites umbellata). Abortiva y acumulativo.
  • Artemisia (Artemisia absinthium).
  • Clavellina (Caesalpinia pulcherrima).
  • Cilantro (Eryngium foetidum).
  • Aguacate (Persea americana). Las hojas, semillas y cortezas son esterilizantes.

VII. PLANTAS VENENOSAS EN LOS JARDINES

  • Lirio (Hippeastrum puniceum). En el bulbo se encuentran los alcaloides lycorine y vittarine.
  • Croton (Coaedium variegatum).
  • Copa de mantequilla (Allamanda cathartica). También produce dermatitis.
  • Mata puerco (Dieffenbachia seguinea). Posee ráfides de oxalatos de calcio; produce lesiones corrosivas, hinchazón de la lengua, laringe y faringe, dermatitis, esterilidad o muerte.
  • Seso vegetal (Blighia sapida). Hemorragia intestinal y la muerte.
  • Flor de pascuas (Euphorbia pulcherrima). Látex.
  • Doña Sanita (Lantana aculeata). Irritación del tracto intestinal.

Cuando en algún libro leemos que determinada planta es venenosa, sonreímos y hasta comentamos que cuando niños tomábamos tisanas de ellas y, por lo tanto, eso es falso y a la larga sufriremos las consecuencias de nuestra incredulidad, algunas veces con un desenlace fatal; para evitar esos remordimientos, si sospechamos que una planta produce algún daño, debemos rechazarla.

Debo recordarles que de las plantas se obtienen casi todos nuestros medicamentos pero los mismos han sido elaborados siguiendo una correcta dosificación de sus principios activos, basados en estudios previos.

En el caso de que estemos usando determinadas plantas, debemos consultar a un médico para evitar que el principio tóxico de las mismas tengan efectos acumulativos y, a la larga, causen más mal que bien.

El objetivo de este trabajo es alertar a los padres de familias para que eviten el uso de plantas sospechosas de toxicidad pero, si la desgracia llega a sus hogares, es bueno recordarles los pasos siguientes:

  1. Llamar al médico.
  2. Internar el paciente en una sala de emergencias tan pronto sea posible.
  3. Al consultar al médico, lleve consigo una muestra de la planta que produjo el trastorno.

Si este trabajo les ha hecho meditar sobre el peligro que las plantas venenosas representan para el bienestar de nuestras familias, me sentiré satisfecho.