Bosques Húmedos

Zonas de vida tratadas en esta página


Bosque húmedo Subtropical (bh-S)

Las zonas de esta formación se extiende por los valles agrícolas más importantes que se encuentran en el país.

En la región Norte, el bosque húmedo Subtropical cubre los valles cuyos ríos desembocan en el Océano Atlántico. Estas áreas se extienden, desde el nivel del mar hasta los 500 metros, por el norte de las vertientes de la Cordillera Septentrional. Esta zona de vida continúa por la vertiente sur de esta cordillera, cubriendo gran parte del Valle Oriental del Cibao y los valles que se unen con la parte baja de la cuenca del río Yuna. En la península de Samaná, cubre principalmente los terrenos desde la costa hasta los 400 m. En la parte noroeste se extiende por el sur de Dajabón, abarcando los valles formados por los afluentes del río Yaque del Norte, a elevaciones desde los 400 m hasta los 800 m.

En la región del oeste cubre los valles de los tributarios del río Artibonito, por la margen izquierda, extendiéndose desde las vertientes septentrionales de la Sierra de Neyba hasta las meridionales de la Cordillera Central.

En la región Suroeste se extiende por las estribaciones meridionales de la Sierra de Neyba, a elevaciones que varían desde los 400 m hasta los 800 m. En las vertientes de la Sierra de Bahoruco cubre fajas angostas entre el bosque muy húmedo Subtropical y el bosque seco Subtropical o su zona de transición a bosque húmedo; las elevaciones varían desde el nivel del mar (Barahona) hasta los 700 m.

En el sur de las vertientes de la Cordillera Central cubre los valles de los afluentes de la cuenca del río Yaque del Sur y de los ríos Ocoa, Nizao y Haina.

En la región Sureste, abarca prácticamente todo el Llano Costero del Caribe, entre San Cristóbal, las vertientes sur de la Cordillera Oriental y San Rafael del Yuma. También comprende porciones de los valles angostos que se encuentran en las vertientes norte y este de la Cordillera Oriental.

En esta zona de vida las condiciones ecológicas son el resultado de un sistema climático complicado, influido principalmente por la presencia de los anticiclones subtropicales y la dirección de los vientos alisios, que en la mayor parte del año son dominantes. El anticiclón que tiene efectos variables y temporales es de origen continental, mientras que el anticiclón de efectos permanentes es de origen oceánico.

El período en que las lluvias son más frecuentes corresponde a los meses de abril a diciembre, variando en intensidad según la situación orográfica que ocupan las áreas de esta zona de vida. Las precipitaciones generalmente empiezan después que el anticiclón continental deja de tener influencia, dando origen a condiciones de inestabilidad atmosférica sobre la isla. Por otra parte, a partir de abril los vientos alisios que soplan del Este vienen cargados de humedad, que al pasar por la isla da orígen a lluvias, tanto convectivas como orográficas.

Las zonas que están situadas en la parte media occidental tienen un patrón de lluvia que va disminuyendo desde 1,500 mm hasta los 1,000 mm como promedio total anual y las zonas que están situadas en la parte media oriental tienen un patrón de lluvia que va aumentando desde los 1,500 mm hasta los 2,000 mm como promedio total anual.

La temperatura de esta zona de vida es variable, según la ubicación de las áreas. En los lugares cercanos a la costa y abiertos la biotemperatura media anual es de 23° a 24 °C; en los lugares de mayor elevación o próximos a las vertientes de las cordilleras la biotemperatura media anual es de 21° o menos.

La evapotranspiración potencial puede estimarse en promedio como 20% menor que la precipitación media total anual. En esta zona de vida una cuarta parte del agua de lluvia no es evapotranspirada y se pierde por escurrimiento, principalmente en los meses de mayor precipitación.

La vegetación natural original de esta formación estaba formada por bosques de regular tamaño de los que muy poco queda, por haber sido talados en su mayor parte para utilizar los terrenos en agricultura. La vegetación natural conservada está formada por pequeños rodales de segundo crecimiento distribuidos aisladamente en los potreros o a orillas de los ríos.

Las principales especies indicadoras que ayudan a identificar esta zona de vida son el roble (Catalpa longissima), especialmente en los terrenos bien drenados, y la caoba (Swietenia mahagoni), una especie muy característica de esta zona de vida. En los lugares donde los terrenos provienen de rocas calcáreas es común la palma real (Roystonea borinquena = Roystonea hispaniolana).

palma real dominicana en capo de arroz
Palma real de la Hispaniola

La vegetación de los pequeños rodales secundarios está constituida principalmente por especies de Juan Primero o daguilla (Simarouba glauca), anón de majagua (Lonchocarpus heptaphyllus = Lonchocarpus pentaphyllus) y jagua (Genipa americana), mientras las especies más comunes en el Llano Costero del Caribe y las vertientes de la Cordillera Septentrional son guaraguao o grigrí (Bucida buceras), yaya (Oxandra lanceolata) y amacey (Tetragastris balsamifera). Los árboles aislados pertenecen ante todo a las especies de fustete o palo amarillo (Maclura tinctoria = Chlorophora tinctoria), común en las zonas de Luperón, Imbert y Villa Isabel; campeche (Haematoxylum campechianum), propio de Puerto Plata y alrededores de Santiago; lirio (Hippeastrum puniceum), común en los suelos calcáreos de San Pedro de Macorís; caracolí (Abarema glauca = Pithecellobium glaucum), propio de Enriquillo, Barahona y Azua; guácima (Guazuma ulmifolia) y palo de leche (Rauvolfia nitida), comunes en el Llano Costero del Caribe y Procurrente de Barahona; penda (Citharexylum spinosum = Citharexylum fruticosum) y córbano (Albizia berteroana = Pseudalbizzia berteroana), común en las zonas de San José de las Matas, Santiago, La Romana y Barahona.

La vegetación de las sabanas o terrenos con suelos superficiales se caracteriza por la presencia de los arbustos peralejo (Curatella americana), hojancha (Coccoloba pubescens), memiso o memiso de paloma (Trema micranthum) y roble (Tabebuia spp.). Las zonas que tienen terrenos marginales y precipitaciones próximas al bosque seco Subtropical se caracterizan por la presencia del cajuil (Anacardium occidentale).

La vegetación de zonas pantanosas y manglares está formada principalmente por especies de drago (Pterocarpus officinalis), higo (Ficus spp.), mangle colorado (Rhizophora mangle), mangle prieto o botoncillo (Conocarpus erectus), mangle (Avicennia germinans = Avicennia nitida) y mangle blanco o amarillo (Laguncularia racemosa).

La regeneración natural de las especies nativas se produce fácilmente por la humedad existente en el terreno. Las especies de esta zona de vida en general son de un crecimiento moderado.

Los terrenos de esta zona de vida, desde el punto de vista climático, son los más adecuados para el desarrollo de las actividades agropecuarias, por la combinación óptima de temperaturas y lluvias. En estas zonas se encuentran situados los centros poblados de más alta densidad demográfica. Las actividades básicas de la mayor parte de la población son la agricultura y la ganadería. Por esas mismas condiciones climáticas, la población rural de estas zonas ha prosperado mejor que la población de cualesquiera otras zonas de vidas.


Bosque muy húmedo Subtropical (bmh-S)

Las zonas de esta formación se extienden principalmente entre las vertientes de las cordilleras Septentrional, Central y Oriental. Muchas de las áreas cultivadas del bosque húmedo se extienden hasta esta zona, lo cual dificulta algunas veces establecer el límite entre estas dos formaciones. Esta zona de vida generalmente colinda con las zonas de vida bh-S y bmh-MB.

En la región norte abarca principalmente los terrenos accidentados de la Cordillera Septentrional. En la parte noreste ocupa el Promotorio de Cabrera, extendiédose hasta el nivel del mar. En la Península de Samaná, se extiende desde los 200 metros de altura hasta las mayores elevaciones que existen en esta península.

En el Este, esta formación ocupa las vertientes de mayor elevación de la Sierra de Yamasá y la Cordillera Oriental. En el extremo este de la Cordillera Oriental se extiende sobre terrenos ligeramente accidentados hasta el nivel del mar.

En la parte sur y este de la Cordillera Central ocupa los terrenos que bordean los afluentes de los ríos Yuna, Nizao, Haina y Ozama. En la parte norte y oeste se extiende por los terrenos de los afluentes de los ríos Yaque del Norte, Dajabón y Artibonito.

Las condiciones climáticas correspondientes a esta zona de vida son variables por las influencias de los anticiclones y los vientos alisios que atraviesan el país. El régimen pluviométrico que tiene esta zona de via es parecido al del bosque húmedo Subtropical, a excepción de las lluvias orográficas más intensas. Estas lluvias, por ser de mayor duración, influyen principalmente en la composición de la flora y en la fisionomía de la vegetación. El patrón de lluvia para esta formación varía desde 2,200 mm hasta los 4,400 mm en promedio.

La temperatura de esta zona de vida varía según la ubicación de las áreas. Las que están cerca de la costa tienen como biotemperatura media anual 24 °C. Sin embargo, las zonas que están en las vertientes de las cordilleras tienen biotemperaturas medias que disminuyen hasta los 18 °C.

La evapotranspiración potencial puede estimarse, en promedio, en 60% menor a la precipitación media total anual. En esta zona de vida las 3/5 partes del agua de lluvia se pierde por escurrimiento, dando origen a que los ríos lleven agua durante todo el año.

Los terrenos de esta zona de vida, en su mayor parte, son de topografía accidentada. La elevación varía desde el nivel del mar hasta los 850 metros de altitud.

Las principales especies que ayudan a identificar a esta zona de vida son el guaraguao (Buchenavia tetraphylla = Buchenavia capitata), especialmente en las cordilleras Septentrional y Oriental; y, de una manera general, el sablito o yagrumo macho (Schefflera morototoni = Didymopanax morototoni), el peralejo, maricao o madroño (Byrsonima spicata) y el aguacatillo (Alchornea latifolia).

La vegetación natural de esta zona de vida está constituida principalmente de las siguientes especies: membrillo o almendrito (Prunus myrtifolia), en las áreas con bosques de Los Haitises y vertiente norte de la Cordillera Central; mara o baría (Calophyllum antillanum = Calophyllum brasiliense), cocuyo (Hirtella triandra) y cabirma o cabirma santa (Guarea guidonia), en las áreas con bosque cerca de Jarabacoa, alrededor del pico Isabel de Torres, Península de Samaná y las vertientes de la Cordillera Oriental; palo de yagua (Casearia arborea), propio de las áreas que están cerca de Barahona y Nagua; algarrobo (Hymenaea courbaril), común en las áreas de los alrededores de Bonao, La Vega y Miches; balatá (Manilkara bidentata subsp.surinamensis), común en las áreas de la Península de Samaná y vertientes de las cordilleras Septentrional y Oriental; y la palma manacla (Prestoea montana), que aparece en los bosques con determinada clase de suelos. Otra de las especies comunes es el pino (Pinus occidentalis), especialmente en los suelos lateríticos.

Las condiciones climáticas que reúne esta zona de vida son favorables para una regeneración natural fácil y para un rápido crecimiento de las especies.

En términos generales, los únicos terrenos que pueden utilizarse para agricultura intensiva son los suelos de origen aluvial muy fértiles, cuyo uso es económico solamente si las especies cultivadas rinden cosechas altamente remunerativas. Los terrenos con suelos poco profundos y pendiente moderada son los más convenientes para cultivos perennes tales como cacao, caucho, ciertos árboles frutales subtropicales y, en menor proporción, café.


Bosque pluvial Subtropical (bp-S)

La separación de esta zona de transición del bosque seco mismo está basada principalmente en sus condiciones climáticas y en su ubicación orográfica. En los lugares en que esta zona de vida se junta con el bosque húmedo, las precipitaciones anuales se presentan en el transcurso de 108 días. El mes de mayor precipitación, en algunos lugares, es mayo, mientras que en otros es octubre. En las zonas de transición, cuando están localizadas en áreas de mayor elevación, la biotemperatura durante cierta época del año llega a ser hasta 2 °C más baja. Este fenómeno atmosférico ayuda a mantener la humedad por más tiempo, aunque reciba la misma cantidad de lluvia que corresponde al bosque seco.

Para la identificación de esta zona de transición, la palma cana (Sabal causiarum = Sabal umbraculifera) es una especie indicadora que ayuda a diferenciarla del bosque húmedo.


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